Hoy es 14 de febrero y celebramos el día de los enamorados.
Muchas de las parejas que hoy festejan, terminan casándose. ¿Y qué mejor que compartir ese momento tan esperado con nuestro mejor amigo, nuestro perro?
Son muchos los novios que optan por llevarlo a la ceremonia e incluso vestirlo de alguna forma especial para la boda.
Hoy te contamos algunas historias de parejas que llevaron a su “mejor amigo” a hacerse presentes en ese momento de tanto amor.
Uno pareja llevó a su perro escondido para dar una sorpresa a los invitados. Cuando lo presentaron en sociedad, empezó a dar vueltas lleno de alegría por ver tantas caras amigas. Esta fue una gran experiencia para ellos y para todos los asistentes, y le agregó aún más emoción a la boda.
En otro casamiento, vistieron a la perrita de la novia, con tela de su propio vestido de novia, además de colocarle velo y de hacerle llevar un ramo de flores. Cualquiera diría que la mascota también tenía pensado casarse ese día. La novia fue entrevistada el día de la boda y su fiel compañera acaparó los flashes de los fotógrafos luciendo su vestidito. Lo que no sabemos es si estuvo atenta cuando cortaron la torta, o con quién bailó al finalizar la cena…
También hay grandes fotógrafos en el tema de bodas, como es el caso de Jesica Monnich. Esta mujer capta perfectamente los nervios “alegres” que se sienten momentos antes de la ceremonia. Muchas personas se ayudan de la compañía de sus mascotas para pasar esos intervalos de tiempo, de una manera más placentera.
Pero además de ir a sacarse fotos, nuestros amigos caninos pueden cumplir funciones de vital importancia, como es el caso de una pareja que para animar la ceremonia, entre los padrinos y el novio aparentan haber olvidado los anillos, entonces el novio llama a su perrito y, justo en ese momento, aparece trayendo los anillos. ¡Simplemente espectacular!
Por otra parte, no hay ningún problema en llevar a las mascotas a la boda. Con adecuada socialización y educación, los perros parecen disfrutar más que los dueños de las nupcias y pueden pasearse con su alegría contagiosa, mientras los enamorados brindan.
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